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EXPRESIÓN DE UN PENSAMIENTO COHERENTE
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Expresión de un pensamiento coherente
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Dialogo
/ entrevista entre Peter Eisenman y Pablo Lorenzo-Eiroa
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summa+93
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El
Estadio Arizona Cardinals presentó un desafío
especial en la carrera de Peter Eisenman. En el
siguiente artículo
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el
argentino Pablo Lorenzo-Eiroa,
que a su vez integró el equipo de diseño del estadio,
expone las acciones y los pensamientos de Eisenman
entre la práctica profesional y la teoría.
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Peter Eisenman
generalmente reacciona ante un cierto problema,
presentando una perspectiva diferente, que
establece una
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oposición. “Diseñar”
parecería ser problemático para él si no hay
un material para el si no hay material para
reaccionar, como podría ser el caso del
emplazamiento. Esta reacción intuitiva puede verse
como un método de trabajo,
desplazar el problema a un territorio diferente.
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Incluso en algunos casos
hasta el programa es resistido, y esta suspensión
motivo una idea arquitectónica. Los concursos son la
principal fuente de los
encargos profesionales de Eisenman y estructuran su
práctica arquitectónica.
Esta lógica de trabajo da espacio para que al
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mismo tiempo funcionen
su perfil académico-intelectual y el
profesional. En el caso del estadio Arizona
Cardinals, si bien le fue
asignado a Eisenman a través de un concurso, se
convirtió luego en un
trabajo privado para un cliente directo. Este tipo
de relación requiere una
perspectiva crítica diferente para confrontar las
propuestas conceptuales con las demandas
prácticas. Las categorías
teóricas que se utilizan habitualmente para criticar
su trabajo arquitectónico no son útiles en
este caso debido a los
compromisos profesionales que la práctica requiere
para un proyecto de la
escala de un estadio en los Estados Unidos. Más
que requerir una postura teórica integral
para el proyecto, hay que
rastrear el problema hacia atrás entendiendo cómo
este proyecto trata la
actualización de sus posturas (aun si es de forma
intuitiva) que están implícitas en su trabajo en
general. Peter Eisenman||
Pero podría responder diciendo que esta anomalía ha
sido siempre parte de los dos perfiles de Peter
Eisenman. Entonces es difícil dividir que estoy
entre el intelectual y el popular, siempre he sido
esta persona de dos perfiles.
Entonces es difícil decir si estoy del lado
de lo intelectual o de lo
popular, siempre he sido esta persona con dos
facetas. El diseño del
estadio comenzó como cualquier otro proyecto
de Eisenman desmotivando su condición
figurativa aislada en
relación al terreno. Eisenman ha negado el aspecto
figurativo de un edificio
haciendo que la relación entre objeto y terreno sea
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problemática desde su
propuesta para el concurso para la plaza
Cannaregio en Venecia (1978). Hay muchas
innovaciones en este
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proyecto con respecto a
su serie previa de casas, en las que estos
nuevos problemas estaban cada vez más
latentes para
-
finalmente ser
explorados concientemente en la House 11A.
Su propuesta para Venecia desarrolló una
intervención en forma de
cuadrícula extendida es una referencia al Hospital
de Venecia de Le Corbusier
(1964-65), un proyecto sin construir que
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presentaba una grilla
con vacíos cuadrados tallando el terreno
en las intersecciones, estableciendo un
discurso crítico para la
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relación entre el objeto
y el terreno. Estas intersecciones vacías
presentan, en ciertos lugares, un edificio
formado por una serie
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de composiciones de
escala arquitectónica variada. La
deconstrucción de la estructura “escultura
sobre pedestal”
-
generó un movimiento
artístico que también desplazó los
objetos de la galería hacia hacia
intervenciones de situación especifica que indexan y
miden paisajes abiertos.
Estas experimentaciones artísticas fueron
encuadradas y teorizadas
por críticos de arte como Rosalind Krauss.Esas
teorías así como las experiencias de Eisenman con el
psicoanálisis re direccionaron su trabajo.
Al desmotivar la
figura de un edificio en relación la línea de tierra,
el niega la idea del
edificio como una figura situada en una relación
estática con el terreno.
Con respecto a este tema, la crítica de
arquitectura Cynthia Davidson sugirió en su
artículo “Tras el Reastro de Eisenman” recientemente
publicado, que esta
relación problemática entre el edificio y el terreno
representa la exploración
de Eisenman de su propio subconsciente.
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PE|| todos los estadios
van a ser forma fuerte. Tratamos de hacer que
-
nuestro proyecto para el
Estadio de Munich (2001 fuera forma-débil
incorporándolo con el terreno de alguna forma, para
negar la figura, tratamos de hacer lo mismo en
nuestro proyecto para el estadio de La Coruña
(2001). El proyecto del Estadio de Arizona comenzó
-
de la misma manera,
teníamos un Centro de Exposiciones
y Congresos y otros elementos adheridos al
Estadio. Lo único que
-
pudimos hacer fue
debilitar la forma desdibujando su simetría para
que hubiera elementos verticales y
horizontales que la perturben,
y evitar así la simetría exterior. Pero de
todas maneras es una forma muy fuerte y espectacular,
una vez que dejamos de lado todos los otros
elementos programáticos. Podrían
preguntarse cómo es que hice un diseño espectacular
si en teoría estoy en contra de eso.
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La oficina principal del
estudio de Eisenman está en Nueva York
pero la mayor parte de su trabajo es
desarrollado en Europa.
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Europa parece ser más
permeable a agendas socio-culturales
dónde el espacio público tiene una cierta
importancia. Estas
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estructuras de poder
están más expuestas a ideas que podrían
expresar un enfoque crítico en contra de la
clase dirigente y, por
-
lo tanto, presentar
fisuras donde un enfoque radical es factible.
La arquitectura tiene un rol clave en los
medios de comunicación
-
en este momento y se ve
motivada progresivamente por esta alta
exposición. Este movimiento que ha puesto a
la arquitectura en
-
una posición relevante,
respaldada por la conciencia pública, se ve
claramente representado en el concurso del
World Trade Center
-
organizada por la
Corporación para el Desarrollo del Bajo Manhattan
LMDC (2002). . Sin
embargo, este movimiento puede ser el mismo que
está agotando el potencial de la arquitectura
para ser crítica de las
estructuras dominantes en las que opera. Los
arquitectos
-
pueden desarrollar
edificios interesantes partiendo del supuesto
de que un edificio excéntrico podría
comunicar y vender, y con
suerte alcanzar la categoría de icono urbano. Pero
este proceso cultural
requiere que los edificios sean cada vez más
figurativos,
-
y es cada vez más
difícil de lograr una crítica a este proceso.
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PE|| Es posible que el
desarrollo del estadio hubiera sido diferente
de haber estado situado en Europa. PE: en
este caso el cliente quería un edificio reconocible,
quería que un diseñador reconocido creara un
edificio-icono, por lo que necesitaban que creara
una pieza de firma.
Trabajar en Europa es claramente diferente a
trabajar en Estados Unidos,
precisamente porque los clientes son en general
instituciones públicas. No
hay desarrolladores privados ni presidentes de
corporaciones privadas, hay dinero público.
El trabajo interesante se hace a través de agencias
publicas, que si uno logra involucrarse, claramente
quieren algo que puedas hacer. La mayor parte de
nuestro trabajo se hace en
Europa, como el 90% ¿Por qué pasa eso? Porque los
Europeos aprecian estas cosas.
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El estadio Arizona
Cardinals es un proyecto único que logramos hacer
debido a un feliz accidente y eso es gracias
a Mike Rushman (un desarrollador privado que
gerencio el proceso del estadio) y que de alguna
manera resulto lograr una alta calidad de diseño, lo
cual no es usual en EE.UU. Pero esto no quiere decir
que este sea el tipo que vaya a cambiar el modelo o
que algo este cambiando.
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Pablo Lorenzo-Eiroa|| El
Estadio de Arizona establece de alguna manera
un precedente para el diseño de estadios de
Fútbol Americano.
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Los estadios se
desarrollan en general de acuerdo a los estándares
corporativos que repiten formulas sin ninguna
ambición cultural.
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El estadio de Arizona
puede ser visto como un punto de cambio
y hay muchos hechos que apoyan este argumento.
El recientemente
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presentado diseño del
Estadio de Dallas en Texas imita claramente
el diseño del Estadio de Arizona, a pesar de
haber sido diseñado
-
por las mismas personas
que han estado haciendo estos estadios.
El hecho es que sus propuesta buscan competir
con el estadio
-
de Arizona sienta un
precedente interesante. Podría pensarse que el
diseño del estadio esta cambiando algunos límites
que no habían sido desafiados anteriormente,
convirtiéndose en una especie de icono cultural.
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PE|| Al dueño del equipo
de Dallas, por ejemplo, le encantó nuestro
estadio, quería lo mismo, y cree que es lo
que ha obtenido. No quiero
exagerar. No estoy seguro de lo que es un precedente.
No veo cambio en los clientes americanos en relación
a los europeos. Seguimos
teniendo clientes Europeos. Puedo darte un ejemplo
personal: IBM, que es una
gran corporación que no tiene nada que ver conmigo
y que es el sponsor del Super Bowl, me
contactó para decirme que
iban a presentar la idea de innovación junto al
Super Bowl 2008. Y también
BusinessWeek seleccionó nuestro estadio nuevamente
como el mejor estadio de la Liga Nacional de
Futbol Americano
-
por segundo año
consecutivo. No se lo que esto pueda significar,
pero no creo que esté influenciando la
cultura.
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Eisenman tiende a
resistir la función como fuerza conductora,
lo que en el contexto de su trabajo es
interpretado como
-
manifestaciones
culturales convencionales que varían y tienen
poca relación con la arquitectura. La
afirmación moderna
-
“la forma sigue a la
función” se opone a su manera de trabajar,
y este razonamiento funcional no puede
aplicarse en el contexto
-
de su trabajo. Las ideas
arquitectónicas se desarrollan a través
de una lógica formal y sistémica, sus
edificios son la
-
materialización de una
sintaxis formal. Sin embargo el estadio de los
Arizona Cardinals es un caso diferente, la función
del espectáculo del juego esta separada del esquema
arquitectónico. Una forma de resistir esta lógica
funcional está representada por la
-
superación en la
simetría de la estructura del estadio a través
de una figura de espiral tanto en la fachada
como en el techo que está
sobre el campo de juego.
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Los cortes
perpendiculares que interrumpen la envolvente del
estadio organizan los niveles de las
plataformas de circulación a través del interior,
sin embargo el espacio del estadio es básicamente
intersticial planteándose entre la envolvente
exterior y la estructura de hormigón El exterior y
los requerimientos funcionales y estructurales del
estadio están mediados por un “poché” o
entre-espacios, que se presenta como en exceso a la
estructura del estadio. La
continuidad secuencial y progresiva de este espacio
evita las esquinas a lo largo de la circulación
alrededor del edificio. Pero esta inercia
espacial se desvía en un movimiento espiralado
deformando la envolvente; una dinámica espacial que
Eisenman llama Piranesiana.
Esto hace que este espacio intersticial o “poché”
sea dinámico y diferenciado, y que sirva también
para alojar
progresivamente más funciones, y para mediar entre
espacios de escalas
diferentes.
-
-
La arquitectura del
estadio es excéntrica al desarrollo y el
espectáculo del juego. Pero el proyecto
cualifica al espacio proponiendo una arquitectura
general extensiva en exceso a la estabilidad y
especificidad requerida por semejante mega
estructura.
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-
-
PE|| No creo que el
típico diagrama del estadio haya cambiado
alguna vez en 2000 años. Es todavía el modelo
del Coliseo. Por lo
-
tanto no es el diagrama
del estadio lo que influencia el diseño.
Pero en el caso de este estadio el material
de la piel exterior era
-
importante porque esa
era la única condición que podía variar.
Peleamos para mantener la piel, es lo que
convierte a este proyecto
-
en una anomalía con
respecto a nuestros otros proyectos. Luchamos
por el espacio entre la estructura de
hormigón y la piel exterior.
-
Luchamos por la
estructura reticulada secundaria de acero.
La realidad material del estadio fue la
realidad afectiva sobre
-
el cuerpo, el movimiento
a través del estadio en las confluencias
hacia las rampas y escalinatas era lo
realmente importante, no así
-
tener la experiencia
conceptual. Si el público tiener una experiencia
arquitectónica subliminalmente o si ven el
edificios como un
-
monumento cívico, está
bien. Pero no fue hecho como una
experiencia conceptual deliberada como el
Centro de Diseño y Artes
-
de Cincinnati
(1988-1996), el Centro de Convenciones de Columbus
(1990-1993), o la Ciudad de la Cultura de
Galicia en Santiago
-
de Compostela (actualmente
en ejecución). Ese nunca fue el caso.
Tal vez por el hecho de que soy un fanático
del Fútbol Americano
-
es que no hay una visión
general conceptual. No quiero que la
arquitectura interfiera mi apreciación del
juego. Cuando pienso que
la arquitectura es parte de la interferencia, como
en el caso de un museo de
artes o una biblioteca, esta es importante.
Porque creo que las motivaciones
secundarias pueden empezar
a cuestionar las motivaciones primarias. Siempre
trato de preguntarme
cuáles son las supuestas motivaciones primarias
que en cambio reprimen las motivaciones
secundarias. Lo que
-
esperamos que haga la
arquitectura es dejar al descubierto esas
motivaciones reprimidas. Es lo mismo que el
psicoanálisis hace
-
para abrir las
motivaciones reprimidas.
Sin embargo, cuando se trata de un estadio hay otras
motivaciones reprimidas
que no son disparadas por la arquitectura. Tiene
mucho que ver con gritarle
al referee o con abuchear al otro equipo. Con el
espectáculo. No implican temas conceptuales,
nadie va a un estadio
buscando razones conceptuales. Los clientes, por lo
tanto querían que
cualquier icono estuviera en el exterior, en el
interior no querían que
ninguna interferencia con lo que su producto es:
permitir que los
-
sentimientos reprimidos
afloren. Decimos que nuestra arquitectura
tiene este efecto, pero en este caso
particular es el juego el que lo
-
tiene, el espectáculo en
sí mismo. No hay ningún tipo de espectáculo
en nuestros museos más que mirar las obras de
arte.
-
Durante un film, por
ejemplo nadie quiere que el interior de la sala sea
muy elaborada, aunque los cines solían ser un mundo
mágico.
-
Hoy la gente entra y lo
único que quiere es una caja negra, no quiere
interrupción, entran por dos horas y salen,
no quieren pasar más
tiempo en el cine. La diferencia está en el
espectáculo, no en el
espacio. Lo que no quiero en el cine es tener a una
mujer con un peinado
extravagante o a alguien de dos metros de alto
sentado delante mío que no
me permita ver la película. Quiero un buen
-
asiento, no quiero más
arquitectura. Es lo mismo en el caso de un
estadio, como espectador no quiero nada de
arquitectura. Cuando
-
estoy dentro de un
estadio quiero ver el juego, no la arquitectura.
-
-
PLE|| Pero por ejemplo,
se puede decir que las cerchas Brunel
además de sostener la cubierta orientan y
estructuran el espacio, que
-
aunque son estructuras
livianas y están por sobre la línea de visión,
tienen por su tamaño influencia sobre el
espacio. Incluso afectan
-
la organización
funcional de la planta, cuando sus gigantescas
columnas tocan el piso. El espacio adquiere
una dirección gracias a estas cerchas y es simétrico,
pero la espiral del techo supera esa simetría,
generando tensión
-
-
PE|| Pero lo que las
hace trabajar arquitectónicamente es su diseño
como estructuras livianas. Las cerchas no
interfieren con el espacio,
-
pareciera que intentaran
desaparecer. Hay varias
tipologías que limitan la arquitectura, por ejemplo
el teatro –ya sea que se trate de una ópera o
de una sala de cine– donde
hay requerimientos que son específicos para el
desarrollo del espectáculo,
como como por ejemplo la luz y el sonido. Hay que
trabajar con ciertas especificaciones que no
permiten que un diagrama o marco conceptual
influencie sobre la arquitectura. Hay otros
espacios que son más
relajados funcionalmente, donde no hay limitaciones.
Los museos, son arquitectónicamente
maravillosos porque no hay
programa, no hay tipología.
-
-
Para a hablar de
cualidades formales intrínsecas y de las
cualidades arquitectónicas de un diseño, en
general evitamos
-
las referencias que
puedan obscurecer los atributos específicos
del edificio. El estructuralismo linguístico
de Eisenman trabaja
-
proponiendo una
arquitectura ampliada que excede los
requerimientos específicos y de estabilidad
de la mega
-
estructura. Si los
edificios de Eisenman son leídos como asemejando
algo, es debido a su capacidad de producir múltiples
lecturas, en lugar de ser un reflejo de algo en
particular asociado con el diseño.
-
-
-
PE|| Si, decimos que el
estadio es como un cactus o una mandala. Hasta un
determinado punto soy un arquitecto profesional, y
el arquitecto teórico y el
profesional son dos personas diferentes. Y el
arquitecto teórico a veces
no puede intervenir. La arquitectura no trabaja bien
como puro arte o como pura
función, y por lo tanto el estadio es uno
de los proyectos más difíciles desde una
posición teórica, haces lo que parece ser, un
compromiso, aunque desde tu posición profesional, no
lo es, aunque no lo sea desde una
-
posición profesional. La
teoría siempre debe ser comprometedora.
-
-
Como arquitecto, uno
puede referirse al diseño independientemente de las
motivaciones originales. Los cortes que interrumpen
la envolvente del estadio, por ejemplo,
manifiestan una lógica que juega en contra de
la superficie curva.
Eisenman sostiene que el diseño del estadio no se
puede leer como una
estrategia de diseño global, sino como el resultado
de su insistencia en la sintaxis formal. Hay
ciertos procedimientos,
técnicas o metodologías en su estudio que
trascienden las particularidades de un
proyecto y estas existen
en ese ambiente de trabajo como “pensamientos que
están en el aire”. Una
consecuencia problemática del modus operandi,
basado en ideas formales, es que los
proyectos pueden ser
agrupardos de acuerdo a las relaciones específicas
que investigan; por lo
tanto, uno puede cuestionar el nivel de
autonomía que cada proyecto desarrolla.
El diseño del estadio presenta, en el
contexto del trabajo de Eisenman, una tensión
particular entre lo que se puede llamar una
estrategia iconográfica formal motivada, en
referencia a la variación de la curvatura de la
envolvente, y una estrategia conceptual estructural,
en relación a las líneas radiales que
perpendicularmente cortan la envolvente.
Estos cortes permiten que
la luz penetre hacia el interior, pero
también organizanfuncionalmente la planta del
estadio, tanto en el interior como
en el exterior en relación al paisaje. La
superposición de la envolvente curva y la referencia
estructural dada por los cortes, establece un tipo
de tensión dialéctica que las mide entre si.Las
investigaciones previas de Eisenman en otros
edificios se pueden relacionar formalmente con
este caso. En el
proyecto de la Ciudad de
la Cultura de Galicia, la articulación formal
propuesta por las superficies del cielo raso que se
pliegan y curvan los espacios es interrumpida
transversalmente por las líneas de referencia
estructural organizativas de los movimientos de las
grillas cartesianas. Esta estrategia formal
da un contexto para la lectura del diseño del
estadio. Las
interrupciones en la envolvente son verticales y
estables, y no presentan
una motivación formal expresiva como los cortes
-
del cielo raso de la
Ciudad de la Cultura. Al contrario, se presentan
como una suspensión en la continuidad de la
envolvente. Esta estabilidad y referencia a una
estructura espacial puede
representar un cambio importante con respecto al
proyecto de la Ciudad de la Cultura. Hay una
similitud formal en su enfoque contra lo expresivo
que es contemporáneo al
concurso del World Trade Center, en especial al
esquema del propio
Eisenman. Esta suspensión de complejidades
formales, común en la obra de Eisenman, puede
hacer referencia al
estructuralismo, presentando una dirección
ideológica diferente.
Dejando de lado las motivaciones formales del
proyecto de la Ciudad de la Cultura y
yendo hacia la estabilidad
que establece el proyecto del World Trade Center,
los cortes en la
-
envolvente del estadio
también pueden ser leídos como estables
en sí mismos contrastando con la forma curva.
Pero esta
-
estabilidad permite una
relación espacio-objeto monumental
que afecta la experiencia de
circulación. Estas entradas angostas
-
y altas generan un
contraste violento entre el paisaje horizontal
y abierto del exterior, y el gran interior
del estadio.
-
Aún si no fueron
desarrolladas conscientemente, estas
investigaciones formales que pueden volverse
metodológicas, estan
presentes en la obra de Eisenman y son consecuencia
de estos procedimientos formales. Por lo tanto, no
se puede analizar
-
un edificio sin
prestarle atención a la evolución de sus ideas e
investigaciones que debilitan los límites
entre los proyectos.
-
Una metodología de
diseño contemporánea, que podría ser
originaria en su estudio, es la dialéctica
liso-estriado. El estadio de Arizona puede ser que
no desarrolle un espacio liso-estriado, pero la
sugerencia de esta lectura puede abrir un paréntesis
interpretativo de la forma simbólica presente en el
proyecto, sintomática de la continuidad del trabajo
de Eisenman como un todo.
-
-
PE|| Si miran el estadio
de Munich y miran los primeros diseños
del estadio de Arizona, son muy similares,
ambos tienen una pieza larga que se inserta en el
terreno. Lo mismo se puede decir del estadio de La
Coruña. No hay figura. Es
como una cola de medusa que se inserta en el paisaje.
Ahí es donde
empezamos el proyecto de Arizona, se trataba de una
estrategia topográfica horizontal, que se
cambio para hacerla vertical.
No tiene nada que ver con el espacio suave y
estriado. Lo que es
importante acerca del estadio es que desafía
nuestrométodo de trabajo. Desafía nuestra forma de
trabajar en arquitectura
precisamente porque tiene muchas limitaciones
-
en términos de aspecto,
forma, de la relación entre el edificio y el
espectáculo, etc, Esto es lo que hicimos, aunque no
es la forma
-
en la que habitualmente
trabajamos, pero como profesional
me gusta construir edificios. No necesito
consistencia teórica,
-
no es relevante. Si la
necesito cuando estoy escribiendo un libro, pero un
edificio es diferente a un libro.
Esta es una cuestión teórica interesante,
negar el rascacielos. Cuando el cliente quiere un
rascacielos, es un riesgo. No es que no creamos en
los rascacielos sino que
tenemos que crear un argumento teórico para mostrar
que el rascacielos está
equivocado en un determinado contexto. Esa es
una estrategia, no es una estrategia formal
sino una estrategia para
un concurso. Cuando competíamos contra Herzog y de
-
Meuron en el concurso
para el estadio de Munich, sabíamos
que no podíamos vencerlos en cuanto a la
forma, por lo que tuvimos que erosionar la forma y
hacer que se integrara con la tierra, más que
desarrollar una figura. Los clientes no querían eso,
querían una forma pura, un edificio-objeto. No
estamos en contra de los
edificios-objeto sino que estamos en contra de la
forma fuerte y
espectacular. Esa es una posición teórica. Pero
perdemos muchos encargos porque producimos proyectos
de forma-débil. Por
ejemplo, en Abu Dhabi desarrollamos un proyecto que
se relacionaba formalmente con la tierra, que si es
un proyecto interesante desde el punto de vista
teórico. Norman Foster
ganó con un objeto, el jurado dijo que eso era lo
que querían,nosotros propusimos otra cosa, tomamos
un riesgo. Estar desde un
punto de vista teórico en contra de los objetos
cuando todo el mundo
quiere objetos, no es una visión muy realista del
mundo,
-
por esa razón
ocasionalmente hay que hacer objetos.”
-
-
Se podría decir que una
de las causas del éxito de Eisenman
como profesional es su habilidad para
trabajar con relativa
-
consistencia en el campo
profesional, poniendo a prueba las
ideas y los métodos arquitectónicos,
negociando con los
-
requisitos de la
realidad. Esta no es tarea fácil para un intelectual
como él que maduró en el ámbito académico.
-
Sin embargo demostró ser
lo suficientemente sofisticado para probar los
límites de la arquitectura con respecto a la teoría
en el mundo académico, y lo suficientemente
inteligente como para lidiar eficazmente dentro de
los estrictos limites de la practica profesional.
Esto le permitió probar la capacidad de la
arquitectura para comunicar
ideas dentro de la realidad de su
materialización. Al conservar el
perfil académico-intelectual y el profesional
independientes, pudo
aprovechar las diferencias entre ellos,
transcendiendo ambos
-
ámbitos y siendo a la
vez un referente constante para cada uno
de ellos. Ambos perfiles se incentivan entre
si, si bien es más es
-
más clara la influencia
de las investigaciones académicas en la
práctica desarrollados en los concursos.
Tanto sus críticos como
-
sus colegas académicos
no hubieran dicho que iba a tener tanto
sentido de la realidad en su práctica
profesional, que de hecho es
-
única. El mismo Eisenman
que escribe libros de arquitectura
desarrollando un discurso arquitectónico
también diseña un
-
estadio. Y si bien este
proyecto es un caso especial, parece ser
igualmente permeable a sus investigaciones.
-
-
-
Pablo Lorenzo-Eiroa es
arquitecto argentino por la UBA / Princeton
University.
-
Trabajo junto a Peter
Eisenman como senior designer en mas de diez
proyectos y obras; actualmente esta desarrollando un
libro sobre su obra. También es profesor adjunto de
diseño arquitectónico en Cooper Union, Nueva York
donde actualmente desarrolla su práctica
independiente.
-
English version
DIALOGUE
/ INTERVIEW PETER EISENMAN
- PABLO LORENZO-EIROA
December 5th 2007 41 West
25th Street, New
York City
ARIZONA CARDINALS STADIUM:
The Arizona Cardinals Stadium presents a special
scenario in Peter Eisenman’s career. The design of
the stadium negotiated both overall architectural
interventions, and the practical reasoning of a
mega-structure. This negotiation defied Eisenman’s
working method, which is typically based on radical
intellectual endeavors that challenge professional
architectural practice.
From this dichotomy, this article will address a
few crossings between Eisenman’s academic profile
and his professional one, which would enable
interpretative readings about the form of the
stadium. This mapping may also present the
possibility to index structural and cross
relationships in the work of Eisenman as a whole,
despite the stadium being such an eccentric project.
Approaching this article as an architect, and not as
a journalist, the primary intent of this article is
to describe an in-between thinking and doing: of
practicing architecture and expressing coherent
thought. This project does not intend to set up an
ideological frame for the stadium design, but rather
offer the construction of approximations and relate
it to the evolution of Eisenman’s work.
Peter Eisenman generally reacts to a given problem
presenting a converse perspective, establishing an
opposition. To “design” may seem to be problematic
for him. If there is no given material to react to,
such as the case of a site, then there is no
boundary set for a problem. As an precedent, we may
trace this modus operandi back to his proposal for
the Cannaregio Townsquare competition which presents
a shift from his famous series of houses developed
in the 70’s. This intuitive reaction could be seen
as a working method, a capacity to manipulate a
problem by displacing it into a different territory.
Even program sometimes is negated, and this
suspension presents an opportunity to motivate an
architecture idea.
Competitions are Eisenman’s main source of
professional commissions, and they structure his
radical architectural practice. In this working
structure, his intellectually driven academic
profile and his professional profile have more room
to operate. In the case of the stadium, assigned to
Eisenman through a competition process, it became a
private commission with a direct client. This
liaison requires a different critical perspective to
investigate how conceptual propositions were
confronted with practical demands. Theoretical
categories typically used to criticize his work are
in this case not useful due to the professional
compromises that practice requires to negotiate a
project with the scale of a stadium in the US.
Rather than demanding an integral theoretical
position for the project, one has to trace the
problem backwards understanding how this project
deals with the actualization of theoretical
propositions (even if intuitively) which are
implicit in his work as a whole…
Peter Eisenman: “You can say the Arizona Stadium is
an anomaly…you can say that a supposed intellectual
working on a football stadium is an anomaly. But I
could answer and say well…that anomaly has always
been part of the two sides of Peter Eisenman…That I
have always been interested in sports, I have always
had that populous side to me…..So it’s difficult to
split that I am between the intellectual and the
populous…I have always been this two sided person….”
The client was looking for a landmark building, a
signature architect to develop a figural building, a
spectacular design which would make the stadium an
icon, a referential object. The stadium design
started as other Eisenman projects by un-motivating
the isolated figural condition in relation to the
ground. Eisenman has been negating the figural
aspect of a building making the relationship
object-ground problematic since the Cannaregio
Townsquare competition proposal for Venice in 1978.
There are several innovations in this project in
respect to his previous series of houses were these
new problems were progressively latent and finally
explored consciously in House 11a. His proposal for
Venice developed an extended grid intervention
indexing Le Corbusier’s Venice Hospital, an un-built
project, with square voids carving the ground at the
grid’s intersections which established a critical
discourse to the object-ground relationship. These
voided intersections present, at certain locations,
a building composed of a series of varying scale
architectural compositions. The deconstruction of
the structure: sculpture over pedestal, generated an
artistic movement that also displaced art objects
from the art gallery into site specific
interventions that index or measure open landscapes.
These artistic experimentations were framed and
theorized by art critics such as Rosalind Krauss.
Such theories as well as Eisenman’s exposure to
psychoanalysis redirected his work. By un-motivating
the figure of a building with its supporting ground
he is negating the classical idea of building as a
figure placed in a static relationship to the
ground. In this respect, Cynthia Davidson suggested
in her article, published recently in “Tracing
Eisenman”, that this problematic relationship
between building and ground represents Eisenman’s
exploration into his own subconscious.
PETER EISENMAN: “All stadiums are going to be
strong form. We tried in our Munich Stadium to make
it weak form by attaching it to the ground in some
way….To deny the figure…we tried in our La Coruna
Stadium to do the same thing….the Arizona Stadium
project started like that, we had a Convention
Center and other things attached to the stadium. The
only thing that were able to do was to weaken the
form by denying its symmetry so that there are these
elements both vertically and horizontally that
disturb its symmetry that it is no longer
symmetrical on the outside. But it is still a very
strong spectacular form….It was going to be that
once we lost all of the other programmatic elements.
And so it is a spectacular figure ….You can say,
“Peter, in theory you are against the spectacular,
how can you make a spectacular design.”
Eisenman’s
office is based in New York, but most of his work is
developed in Europe through public commissions.
Europe seems to be more permeable to socio-cultural
agendas where public space has a certain presence.
These power structures are more exposed to ideas
that may express a critical approach against the
establishment, therefore may present potential for
fissures where a radical approach may be feasible.
An interesting fact is that the client was looking
for a cultural landmark, a special design, which is
not common for these types of projects in the United
States.
Architecture is now actively playing a key role in
media, and is progressively becoming motivated by
this high exposure. This movement that has been
placing architecture in a relevant position,
supported by democratic public awareness clearly
represented by the case of the World Trade Center
Competition organized by the LMDC. Although this
movement may be the same one which is exhausting
architecture’s potential to be critical of the
dominating structures where it operates. Architects
may develop interesting buildings due to the
assumption that an eccentric building would
communicate and sell, hopefully reaching the
category of an urban icon. But this cultural process
demands buildings to be each time more figural, and
a criticism of this process is progressively
becoming harder to achieve.
PETER EISENMAN: “You are saying would it have been
different if developed in Europe, maybe….the client
wanted a landmark, they wanted a high designer to do
a landmark, a signature architect, so they needed me
to do a signature piece….
Clearly working in Europe is different than working
in the US, precisely because the clients are usually
public institutions….there are no private developers
or private corporate presidents, etc….there is
public money. The interesting work is done through
public agencies which if you are involved, they
clearly want the something that you can do. So
clearly most of our work is in Europe, about 90%, so
why is that? Because Europeans appreciate these
things. Now having that being said…the Stadium is an
anomaly again, you are picking the one project that
in a sense was a happy accident that we got to do
the stadium and that’s because of Mike Rushman (a
private developer managing the stadium process) in a
certain way it works out with a high design….you
know, which is not usual. But that doesn’t say that
this is either a type that changes the model or is
something changing….”
PABLO LORENZO-EIROA: “The Arizona Stadium presented
a kind of precedent to the reality of football
stadium design. Stadiums are usually developed by
corporate standards that repeat formulas with no
cultural ambition. The Arizona stadium may be seen
as establishing a shift and there are several facts
that support this argument. The recently presented
Dallas stadium design in Texas, clearly emulates the
Arizona Stadium design. Even if it is being designed
by the same people that have been doing these
stadiums, the fact is that their proposal is
concerned over competing with the Arizona Stadium
which presents an interesting precedent. You may
think the stadium design certainly is moving some
boundaries that were not challenged before, becoming
a kind of cultural icon. We have to remember that we
are talking about popular influence and not an
intellectual one where Eisenman usual operates…”
PETER EISENMAN: “For example, the owner of the
Dallas team loved our stadium, he wanted the same
thing, and he thinks that is what he is getting. I
do not want to exaggerate. I am not sure about what
a precedent is. I do not see change in either
American clients in relation to European clients. We
are still getting European clients. I can give you a
personal example. IBM which is a big corporation
which has nothing to do with me and which is the
sponsor of the Super Bowl 2008 called me up and said
we are going to feature the idea of innovation with
the Super Bowl of 2008 so that we have a theme. And
also Business week selected our stadium again as the
best stadium in the US for a second year in a row in
the NFL (National Football League).I do not know
what it says, but I do not think it is influencing
the culture.”
The
scale of the stadium and its parts are overwhelming.
The entire grass field can be rolled out of the
building, and the large retractable roof rests upon
two 700 foot long and 90 foot depth Brunel trusses
bringing the total cost for construction to u$d
450,000,000.
PETER EISENMAN: “The stadium took ten years from
design to construction. We did ten schemes. We
started the design in 1997. And it was finished in
2006.”
Eisenman tends to resist function as a driving
force, which in the context of his work is
interpreted as conventional cultural manifestations
that vary and that have little to do with
architecture. The modern statement “form follows
function” is not only opposed, but functional
reasoning cannot infer any reading in the context of
his work. Architecture ideas are materialized
through a formal systemic logic which negates
function as a driving force. His buildings are the
materialization of a formal syntax. But the Arizona
Cardinals Stadium is a strange case, and the
function of the performance of the game is
disjuncted from its architectural scheme. One way to
resist this functional logic is represented with the
overcoming in the symmetry of the stadium structure
manifested with the spiral figure both on the façade
and on the roof over the field.
The perpendicular cuts to the envelope of the
stadium organize the concourse levels across the
interior; however the space of the stadium is
basically interstitial between the exterior skin and
the concrete structure. The exterior and the
functional and structural requirements of the
stadium are mediated by a pochéd space, which
presents itself as an excess to that structure. The
progressive and sequential continuity of the poché
avoids corners, as it follows the circulation around
the building. But this motion deviates into a spiral
movement deforming the envelope to incorporate
vertical circulations and the access ramp through
the secondary steel braces; a spatial dynamic that
Eisenman calls Piranesian. Thereby making the
interstitial pochéd space dynamic and
differentiated, accommodating functions
progressively while mediating between scales.
The architecture of the stadium is eccentric to the
performance and the spectacle of the game. But the
project qualifies the space proposing an extended
overall architecture in excess of the stability and
specific requirements of such a mega-structure.
PETER EISENMAN: “I do not believe that the diagram
of the stadium has ever changed in 2000 years. It is
still the Coliseum model. So it is not the diagram
of the stadium that influences the design.
But in the case of this stadium the material of the
skin was important because that was the only
condition that could vary. . We fought to keep the
skin. That is what makes this project, and an
anomaly from our other projects. We fought for space
between the concrete structure and the skin. We
fought for the grid work of secondary steel
framework. The material reality of the stadium was
the affective reality on the body, movement through
the stadium on the concourses up the ramps and
escalators, was what was important, not to have a
conceptual experience. If they can have an
architectural experience subliminally, fine, or see
it as a civic landmark. But it was not done like in
Cincinnati, or Columbus, and Santiago as a conscious
conceptual experience. That was never the case.
Maybe because I am too much of a football fan that
there is a lack of a conceptual overview. I do not
want architecture to interfere with my appreciation
of the game. When I think that architecture is part
of the interference, what that architecture does to
an art museum, to a reading of a book in a library,
that interference is important. Because I believe
there are these secondary motivations which can
start to question primary motivations. I am always
trying to question what are thought to be primary
motivations, which in turn repress secondary
motivation. What we are hoping that architecture
does is to open up to those repressed motivations.
This is the same thing that psychoanalysis does to
open up repressed motivations.
However, when it comes to a stadium, there are other
repressed motivations which have nothing to do with
an architectural trigger. They have much to do with
screaming, to the referee yelling to the other team,
booing to the other team, acting out fantasies, etc.
They do not involve conceptual issues. Nobody is at
a stadium looking for conceptual reasons. Therefore,
the clients wanted any icon to be on the outside,
but inside they did not want any interference with
what their product is, which is allowing repressed
feelings to emerge. We say that our architecture
usually does this, but in this particular case the
game does this, it is the performative act. There is
no performative in our museums other than looking at
the art. In a film for example, a film theater,
nobody wants the inside of the film theater to be
too elaborate, although theaters used to be a
magical world.
Today people go in and they only want a black box,
they do not want interruption, they go in for two
hours and they come out, they do not want to spend
any other time in the theater. The difference is in
the performance not in the space. What I do not want
in a movie theater, is to have in front of my seat
a woman with a buffant hairdo or to have someone
that is 6’11” tall sitting in front of me so that I
cannot see the movie. I want a good stadium seating,
but no more architecture. It is the same thing with
a football stadium, as a fan I do not want any
architecture. When I am inside the stadium I want to
watch the game, not watch the architecture.”
PABLO LORENZO-EIROA: “But for instance, the Brunel
trusses: one can say they orient the space, they
structure the space other than support the roof,
even if they are light structures, and they are
above the sight line…they influence the space, and
they are as big as a mega-structure. They affect the
structure and organization of the space; they even
affect the plan functionally when their gigantic
columns touch the ground. The space acquires a
direction thanks to the Brunel trusses and is
symmetrical, but the spiral above the trusses tries
to overcome that symmetry, to play against that
symmetry…in that sense it is a complex relationship.
You have to play with the conditions, but I agree
with what you are saying that you have this interior
function that is the focus of attention and the
architecture diagram remains outside this
performance dealing with the in-between spaces. The
active space is interstitial between the structure
of the stadium and the outside.”
PETER EISENMAN: “But what makes it work
architecturally is their design as lightweight
structures. In their reading, they do not infer
themselves into the space. They attempt to
disappear. There are several typologies that limit
architecture: The theater, whether its is an opera
house, a film theater, etc., where there are
requirements that are specific to the development of
the performance. For example, sound and light; you
have to have certain aspects that do not allow a
diagram or conceptual framework to influence the
architecture. Spaces that are more relaxed
functionally, like a museum where there are no
limitations. Museums are wonderful architecturally
because there is no program, there is no typology.”
In
order to talk about intrinsic formal qualities and
the architectural performance of the design we
typically avoid external references that may darken
the specific attributes of a building. Eisenman’s
linguistic structuralism works by unmotivating
“meaning” such as signs, symbols, as well as
narrative or metaphors. Architecture performance is
exclusively due to the capacity of formal syntax to
develop sense within the parameters of the project.
If Eisenman’s buildings are read as resembling
something, it is due to their capacity to produce
readings rather than being a reflection of anything
particular associated with the design. But in the
case of the stadium, we have to talk about another
anomaly. In this particular case, Eisenman presented
the idea of the stadium and in particular, the
effect of the cuts in the envelope of the stadium,
in reference to Arizona’s desert local symbol of the
cactus, in order to carry through certain ideas.
PETER EISENMAN: “Yes, we say the stadium is like a
cactus or a mandala. At a certain point I am a
professional architect, and the theoretical
architect and the professional architect are two
different people. And the theoretical architect
sometimes is not able to intervene. Architecture
does not work well as pure art or pure function, and
so the stadium is one of the more difficult ones in
terms of a theoretical position, you make what seems
to be a compromise, but in terms of your
professional position, they are not in that sense.
Theory must always be compromising.”
As
an architect one can talk about the design
independently of its original motivations. For
instance, the cuts that interrupt the envelope of
the stadium manifest a logic that plays against the
curved surface. Eisenman states that the stadium
design cannot be read as an overall design strategy.
But as a result of his insistence in formal syntax,
there are certain procedures, techniques or
methodologies in his office which transcend the
particularities of a project and they exist in that
working environment as “thoughts that are in the
air”. As a problematic consequence of this modus
operandi, based on formal ideas, projects can be
grouped as they investigate certain specific
relationships; and as a result one may argue the
level of autonomy each project is developing.
In
the design of the stadium at Eisenman’s office, we
developed a formal strategy of tension between what
could be called, in the context of Eisenman’s work,
a motivated formal iconographic strategy, referring
to the surface curvature variation and a conceptual
structural strategy, in relation to the radial
perpendicular cuts through the envelope. These cuts
allow light to penetrate the inside but also to
organize the plan of the stadium functionally: both
in its interior and its exterior across the
landscape. The result of the design is that of a
tensioned double reading between the curvature of
the envelope being measured and superimposed against
the structural reference that the cuts provide,
establishing a kind of dialectic tension. His
previous investigations in his other buildings can
be related formally to this case. In the City of
Culture of Galicia project, the formal articulation
proposed by the soffit surfaces that fold and curve
the spaces are interrupted across by the
organizational structural reference lines of
shifting Cartesian grids.
This formal strategy may provide a context for the
reading of the stadium design. The interruptions in
the envelope are vertical and stable, and do not
present an expressive formal motivation as the cuts
in the soffit of the City of Culture. On the
contrary they present themselves as a suspension to
the continuity of the envelope. This stability and
reference to a spatial structure, may present an
important shift in respect to the City of Culture
project. There is a formal similarity in their
approach against expression which is contemporary to
the World Trade Center design competition,
especially Eisenman’s own sketch. This suspension of
formal complexities, common in Eisenman’s work, may
reference structuralism, presenting a different
ideological direction. Moving apart from the formal
motivations that the City of Culture project
develops towards the stability that the World Trade
Center project establishes, the cuts can be read as
stable in themselves contrasting to the formal
motivation of the curvature of the envelope. But
this stability empowers a monumental subject-object
relationship that affects the circulation
experience. They violently contrast between the open
horizontal exterior landscape and the large interior
of the stadium through narrow and high entrances
that abruptly interrupt the façade.
Even if not developed consciously, these formal
investigations which may become methodological are
present through Eisenman’s work and are a
consequence of these formal procedures. As a result,
one cannot analyze a building without paying
attention to the evolution of his ideas and
investigations that stretch boundaries between
projects. A contemporary design methodology, which
may have been originated in his office, is the
dialect smooth – striated. The Arizona Stadium may
not have a smooth and striated space, but the
suggestion of this reading may open up an
interpretative bracket to the symptomatic symbolic
form present in the project representing continuity
through the work as a whole.
PETER EISENMAN: “If you look at the stadium in
Munich and you look at the earlier designs of the
Arizona stadium, it’s very much like Munich, it is a
long ground piece. The same can be said for the
stadium at La Coruña.
There is no figure. It is like a medusa tail into
the landscape. That is where we started the Arizona
project, it was about the horizontal ground
strategy, which was shifted to make it vertical. It
has nothing to do with smooth and striated space.
The
important thing about the stadium is that it defies
Peter Eisenman’s working method. It defies our way
of working in architecture precisely because it has
so many limitations in terms of the shape, the form,
the relationship of the building to the performance,
etc. It is what we did it is not the way we work,
but as a professional I like to build buildings.
I
do not need theoretical consistency; it is not
relevant. When I am writing a book, yes; when I am
doing a building, a building is different than a
book.
This is an interesting theoretical question, to
deny a skyscraper. When the client wants a
skyscraper that is a risk. It is not that we do not
believe in skyscrapers, rather we have to make the
theoretical argument that a skyscraper Is wrong in
this context. That is a strategy, it is not a formal
strategy, it is a strategy for a competition. When
we were against Herzog and de Meuron in the Munich
competition, we knew that we could not beat them on
a form, so we had to erode the form and make it look
like a ground rather than a figure. The clients did
not want that, they wanted a pure form, an object
building. We are not against object-buildings,
rather we are against strong, spectacular form. That
is a theoretical proposition. But we lose many
projects because we produce weak form projects. For
example, in Abu Dhabi we did a ground form project
which is an interesting theoretical project. Norman
Foster won with an object, the jury said they wanted
an object…..we did not give them an object….so you
take your risks …..and if we are theoretically
against objects when everybody wants objects that is
not a very realistic view of the world, so
occasionally you have to make objects.”
A
possible way to read Eisenman’s success as a
professional is his ability to work with relative
consistency in the professional field by testing the
performance of architecture ideas and methods,
negotiating with the demands of reality. This is not
a simple achievement for such an intellectual who
matured in academia. He demonstrated to be
sophisticated enough to test architecture’s limit in
respect to theory in the academic world, as well as
being clever enough to deal efficiently within the
strict boundaries of professional practice. This
enabled him to test architecture’s capacity to
communicate ideas within the reality of its
materialization. And by keeping both of “Eisenman’s
profiles” independent, he was also able to profit
from their difference, transcending both
environments as well as being a constant referent to
them. It is clearer the influence from academic
investigations into practice developed through
competitions than the opposite. But his critics, as
well as his academic colleagues would have not
guessed that he would have such a sense of reality
in his professional practice which defines his
unique practice. The same Eisenman who writes
architecture books developing an architectural
discourse also designs a stadium and even if this
design presents a special case of professional
practice it seems to be quite permeable to his
investigations.